jueves, 28 de abril de 2016

VERGÜENZA, INSEGURIDAD Y TIMIDEZ

Tal vez uno de los grupos sociales menos comprendidos sea el de las personas tímidas. No desear ser el centro de atención en una sociedad en la que lo que prima es destacar puede resultar frustrante.
En el colegio, un alumno tímido quizás no se atreva a expresar que tiene dudas delante de sus compañeros. Siendo adulto, quizás tampoco sea capaz de hacer una presentación al responsable de proporcionar los ascensos. Ser tímido, a pesar de que pueda parecer un problema mínimo, puede en realidad condicionar toda una vida.


Con frecuencia la timidez tiende a confundirse con la introversión. Sin embargo, no son lo mismo. Las personas introvertidas prefieren actividades en solitario antes que en compañía pero no temen un encuentro social. Por su parte, los tímidos desearían tener mayores contactos sociales pero al mismo tiempo tienen un miedo irracional a ser juzgados o rechazados por los demás.


En esta ocasión, hemos utilizado el corto "La Oveja Pelada"como inicio de la sesión semanal del proyecto.

Los protagonistas son una oveja bailarina y un conejílope. Entre los diálogos de los personajes, se escucha la voz del narrador relatando lo que ocurre. La oveja, visiblemente avergonzada después de haber sido esquilada, conoce al conejílope y éste le traslada su sabiduría al mostrarle que lo que verdaderamente importa no es el aspecto exterior sino el tipo de persona que seas.
Aunque en un primer momento les costó un poquito, finalmente los alumnos adivinaron que era la "vergüenza" la emoción que queríamos ejemplificar con el vídeo.

Aunque parecidos, ya que en su transfondo se encuentra el miedo, vergüenza y timidez claramente no significan lo mismo. Podríamos decir que la vergüenza es la expresión del miedo a la burla o la humillación mientras que la timidez es la expresión del miedo al rechazo. Para ejemplificar esta diferencia utilizamos el corto "Todo o Nada".

 

El vídeo nos muestra un chico temeroso que camina al encuentro de la chica a la que pedirá que sea su novia si no rechaza el beso que planea darle para comprobar si realmente él le gusta a ella.


Una vez delimitadas las emociones de esta semana, pasamos a analizar de qué manera podemos afrontarlas. Para ello, la estrategia que ha demostrado ser más eficaz es la de la "desensibilización progresiva". Con el fin de ponerla en práctica, podemos seguir los siguientes pasos:

1. Hacer una lista de las situaciones que nos producen ansiedad.
Lo más útil es ordenarlas de menor a mayor siendo lo más concreto que podamos. Así, por ejemplo, "hablar en público" sería demasiado general. ¿Frente a qué tipo de público nos ponemos nerviosos? ¿Delante de desconocidos? ¿Cuándo nos evalúan?...
2. Divide esas situaciones en otras más pequeñas y afróntalas poco a poco.
Consistiría en enfrentar de forma gradual nuestros miedos, acostumbrándonos al nuevo tipo de situaciones. Así, por ejemplo, si la primera situación de tu lista es "hablar con un desconocido cuando me desplazo en autobús al trabajo", el proceso podría ser el siguiente:
- Saludar. Cuando te sientes en el autobús, simplemente di "hola" o "buenos días". No te importe si no te devuelven el saludo. Hazlo a lo largo de una semana hasta que te sientas cómodo.
- Saludar y hacer un comentario trivial. Cuando ya no te cueste saludar, continúa con un comentario que no requiera respuesta por parte de la otra persona, como por ejemplo "Buenos días. !Cuánta gente hay hoy en el autobús!". Mira a la otra persona para que sepa que te diriges a él, y hazlo al menos durante un par de semanas hasta notar que la ansiedad va bajando.
- Saludar, hacer un comentario trivial y continuar con una pregunta. "Buenos días. !Cuánta gente hay hoy en el autobús! ¿Sabes si se celebra una fiesta o algo?"
- Saludar, hacer un comentario trivial, continuar con una pregunta y finalmente interesarte por tu interlocutor. Si por ejemplo te contesta que no sabe si habrá alguna fiesta, pregúntale si es que vive lejos de ahí.
3. Supera el miedo cuando te paralice.
A pesar de todas estas estrategias, siempre puede volver a aparecer el miedo en el momento de la verdad. En ese momento, recordar experiencias o situaciones anteriores que salieron bien puede ayudar. 


Superando la timidez

 

Llegados a este punto, quisimos hacer un ejercicio con los alumnos un ejercicio encaminado a vencer la timidez así como la vezgüenza, y que mejor actividad que atreverse a plasmar en el blog sus opiniones, ideas o sentimientos acerca del proyecto que estamos desarrollando. A continuación, os dejamos con los escritos de algunos de los alumnos.
  • Juan Manuel: Una de las cosas que más me gustan del proyecto son los vídeos que vemos. Las emociones que estamos viendo me están sirviendo para cuando tengo casos parecidos. Me acuerdo de lo que hemos hecho en el proyecto, lo utilizo y me funciona. Me gustan las actividades que hacemos pero lo que más me ha gustado ha sido la relajación porque me sirve de ayuda.
  • Julio: Me está gustando todo del proyecto. Me ha ayudado a superar muchas cosas, a sentirme más seguro de mí mismo.
  • Airí: Me ha gustado mucho tratar la emoción de la inseguridad porque dice muchas cosas de mí. El libro de las emociones me gusta porque dice la verdad de la gente, cómo se siente o cómo es o cómo está. El proyecto me está encantando. Las maestras son muy buenas y nos ayudan diciendo ejemplos o explicando cómo se siente uno.
  • Sergio: El proyecto está bastante bien para poder controlar nuestras emociones o a nosostros mismos. Es bastante divertido también. Nos hace ver nuestros virtudes y defectos y cómo poder arreglarlos a tiempo o cómo ser más sociables. También nos enseña a diferenciar lo que uno siente y qué soluciones les podemos dar a nuestros amigos y a gente conocida y desconocida. Además mejora nuestra autoestima y la de todos a nuestro alrededor.
  • Patricia: De las emociones que hemos visto, la que más me ha gustado ha sido la alegría y la que menos, la ira. Creo que de la emoción que más he aprendido ha sido del amor y la empatía. Me gusta mucho este proyecto porque a mí siempre me ha interesado el tema de las emociones.

lunes, 25 de abril de 2016

REMORDIMIENTO Y CULPA


Habitualmente, consideramos el sentimiento de culpa como una emoción negativa que, si bien a nadie le gusta experimentar, lo cierto es que es necesaria para la correcta adaptación a nuestro entorno. Muchos autores coinciden en definir el remordimiento o la culpa como un afecto doloroso que surge de la creencia o sensación de haber traspasado las normas éticas personales o sociales especialmente si se ha perjudicado a alguien.

Nuevamente, y para trabajar con nuestros alumnos esta emoción, hemos preferido comenzar la sesión  con el visionado de un video para que éstos nos explicaran qué les parecía que estaba sintiendo el protagonista al final del mismo, adivinando así, la emoción de hoy. Señalamos que la han adivinado rápidamente…



En esta ocasión, nos cuentan la historia de un hijo cuyo padre no le sirve como referente o inspiración. El niño desea tener éxito en la vida, ganar dinero y ser importante. El padre, sin embargo, dedica su vida y sus ahorros a mejorar la existencia de niños con problemas. Esto es conocido por el hijo una vez que éste fallece, descubriendo una persona desconocida para él y sintiendo remordimientos o culpabilidad al no haberlo hecho antes.



La culpabilidad, por tanto, surge ante una falta que hemos cometido (consciente o inconscientemente), o  ante algo que hemos dejado de hacer. Hemos tratado, a través del diálogo, de que nuestros alumnos entendieran la gran casuística de situaciones que pueden provocar esta emoción. Pero, ¿para qué sirve? ¿es necesaria?...

Por supuesto que sí. Su función es hacer consciente al sujeto para facilitar los intentos de reparación. Su origen tiene que ver con el desarrollo de la conciencia moral, que se inicia en nuestra infancia y que se ve influida por nuestras diferencias individuales y las pautas educativas.

Así pues, podemos sentir arrepentimiento y remordimiento por algo que hemos hecho o dicho, o por algo que hemos dejado de hacer o decir. Además, puede aparecer la culpa por algo que nos remuerde, o incluso por algo que ha sucedido sin querer…

Por otro lado, hemos señalado también que existen personas que confunden esta emoción con la vergüenza, incrementando su malestar emocional, ya que al mezclar ambos sentimientos se retroalimentan entre sí. Mientras que la culpa aparece ante el dolor por el daño causado, la vergüenza se experimenta cuando nos percibimos con la falta de una habilidad o capacidad que se presumía deberíamos tener. De este modo, nos preparamos para la comprensión de la siguiente emoción.

Para continuar trabajando estos conceptos, hemos realizado una dinámica muy interesante: LAS TRES CAJAS. Para realizarla, hemos presentado tres cajas con tres enunciados diferentes:

  • Un problema mío es…
  • Me arrepiento de…
  • Me gustaría superar…

Cada uno de nuestros alumnos tenía que completar en un papel diferente estos enunciados y meterlo en su caja correspondiente. A continuación, y siempre de forma anónima, se han ido leyendo aleatoriamente algunos mensajes a la vez que comentábamos sus contenidos. Nos hemos centrado después en analizar los problemas que han reflejado, las causas que provocaban arrepentimiento, posibles soluciones a conflictos, responsabilidad que tenemos del acto en cuestión, cómo superar dificultades expresadas, etc.


jueves, 14 de abril de 2016

COMPASIÓN Y EMPATÍA

A diferencia de otras semanas, en esta ocasión hemos cambiado un poquito la dinámica de la sesión iniciándola con el visionado del vídeo "Mi papá me miente", seleccionado con la idea de que los alumnos intentasen adivinar qué emoción trataríamos en esta ocasión.

MI PAPÁ ME MIENTE https://www.youtube.com/watch?v=q2QmLbb7GPU

En este emotivo vídeo, una niña entrega una carta a su papá para que la lea. En ella, lo describe de forma alegre y entusiasta como el papá más lindo del mundo, el más atractivo, el más inteligente, el más astuto, el más generoso... su papi es genial, su superhéroe, pero... de repente, el discurso se vuelve triste y la niña reconoce que su papá miente. Miente acerca de tener un trabajo, miente acerca de tener dinero, acerca de no estar cansado, de no tener hambre... Ella dice que su papá miente por su culpa... ya que lo hace para que ella sea feliz. Mientras, en el vídeo se nos muestra cuan mal lo pasa su padre para conseguir salir adelante.
Reflexionando acerca de qué nos transmite el vídeo, aunque costó un poquito, finalmente apareció la emoción de esta semana: la COMPASIÓN.

El emocionario nos dice que la compasión es la pena que nos provoca la desgracia de los demás y que nos motiva a ayudar a alguien que está sufriendo. Efectivamente, la compasión es ese sentimiento de tristeza que produce el ver padecer a alguien y que impulsa a aliviar su dolor o sufrimiento, a remediarlo o a evitarlo.
 

En la base de este sentimiento se encuentra la EMPATÍA, no podemos compadecernos del dolor ajeno si no empatizamos con él. Podemos definirla como la capacidad cognitiva de percibir, en un contexto común, lo que otro ser puede sentir. También es descrita como un sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra. La empatía otorga habilidad para comprender los requerimientos, actitudes, sentimientos, reacciones y problemas de los otros, ubicándose en su lugar y enfrentando del modo más adecuado sus reacciones emocionales.

No es la primera vez que hablamos a nuestros alumnos de esta capacidad tan importante en la esfera emocional. De hecho, tuvimos ocasión de abordarla en la sesión del proyecto que visionamos el corto "La gallina o el huevo" https://www.youtube.com/watch?v=U8bohrpp_nQ
Con el fin de ahondar más en el concepto de empatía, para esta ocasión escogimos el siguiente vídeo: "La tarta para el abuelo" https://www.youtube.com/watch?v=5VUrhicWyQA

Esta grabación nos muestra a una abuela con sus nietos (un niño y una niña) tratando de ahorrar en lo posible al hacer la compra para poder adquirir artículos de primera necesidad. La niña quiere comprar una tarta para el cumpleaños de su abuelo pero el dinero no les alcanza. Un amable señor compra la tarta para ellos. La abuela dice que no pueden aceptarla y que no hay razón para dicho regalo.
 

En ese momento, el joven explica que, cuando tenía siete años, un señor (él cual resulta ser el abuelo de los niños) también le compró una tarta para su cumpleaños ya que su madre no tenía suficiente dinero. Por su parte, la abuela solicita al joven que apunte en un papel su número de teléfono para pagarle en cuanto pudiera. 
Al llegar a casa, le cuentan lo ocurrido al abuelo y le muestran el papel. Pero el papel no contiene el número de teléfono del joven sino el siguiente mensaje: "Un simple acto de caridad crea una espiral sin fin... que vuelve hacia ti".

Siguiendo con la idea de que "ayudar inspira a otras personas para que ayuden", pasamos a mostrarles a los alumnos el siguiente vídeo: "La cadena de la empatía" https://www.youtube.com/watch?v=Kv3LxHBSN3Y


En este vídeo van apareciendo distintas personas de muy diferentes edades, ocupaciones... las cuales, después de recibir la ayuda de alguien, pasan a ayudar a otra persona, la cual ayuda a otra más...

Nuestros alumnos encontraron aquí una razón de peso para ser compasivos y empáticos con los demás, razonando que si nosotros lo somos, otros lo serán a su vez con nosotros pero... esto no es siempre así. Lo que sí es cierto, es que siempre, siempre, vamos a recibir algo a cambio, como nos muestra el último vídeo que os mostramos: "Empatía" https://www.youtube.com/watch?v=m1aKzdgCqpM


En este último vídeo se nos muestra la generosidad de un joven, el cual, sin recibir nada a cambio, su buen talante, su empatía, lo mueve a actuar ayudando a cuantos le rodean. Al final de la grabación, se hace hincapié en el hecho de que, aunque no vaya a hacerse rico ni famoso, este joven recibe muchísimo... Recibe emociones, siendo testigo de la felicidad, sintiendo el amor... recibe lo que el dinero no puede comprar.


viernes, 8 de abril de 2016

TRISTEZA


¿Quién no ha estado triste alguna vez?

Resulta imposible ser siempre optimista. A veces el pesimismo también es necesario ya que nos ayuda a adaptarnos a situaciones determinadas de forma gradual. Esto precisamente, hemos querido transmitirle a nuestros alumnos esta semana. Es importante conseguir un equilibrio emocional, puesto que un pesimismo continuado no es bueno. Para ello, realizamos diferentes dinámicas.

En primer lugar, realizamos el panel de la TRISTEZA. En él, hemos ido escribiendo palabras relacionadas con esta emoción. Acontecimientos y situaciones que la causan o provocan, sentimientos parecidos, etc. Con esta actividad, nuestros alumnos vertieron sus propias experiencias ofreciendo y exponiendo de forma voluntaria, tanto vivencias personales que les causaron tristeza, como sus particulares formas de superar las situaciones que las originaron.



Por otro lado, intentamos definir, matizar y concretar el significado de la palabra TRISTEZA. Para ello, nuestros alumnos la buscaron en el diccionario.
"Tristeza: sensación que se tiene cuando estamos tristes. Pena, pesar, dolor, sufrimiento".


A continuación, siguiendo el itinerario propuesto por el EMOCIONARIO, comentamos y pusimos en común aquello que nos evocaba su imagen. Por cierto, empezamos a relacionar esta emoción con otras como la rabia y la ira, lo cual nos sirvió para enlazar con la siguiente actividad: audición del cuento de Jorge Bucay: "La tristeza y la furia", del cual, os dejamos el enlace:

https://www.youtube.com/watch?v=7e2zEuS-jn4

Tras comentar dicho cuento y llegar a la conclusión de que no siempre sabemos identificar de forma correcta nuestros sentimientos y emociones, y las de los demás, les propusimos un breve juego que consistía en asociar cada expresión gestual a una emoción. Para ello utilizamos el Juego de las caras (editorial Nathan). Y, sorpresa... ¡no era tan fácil como parecía!


Seguidamente, visualizamos el cortometraje "The present",en el que un niño descubre que puede llegar a superar la tristeza gracias a la amistad.


https://www.youtube.com/watch?v=pwM_MGrr5fU

Para finalizar, insistimos en lo beneficioso de buscar situaciones que nos provoquen la emoción contraria, es decir, la alegría y de desarrollar el sentido del humor.

domingo, 3 de abril de 2016

FELICIDAD Y ALEGRÍA

Esta semana ha sido el turno de la alegría y la tristeza. De acuerdo con el emocionario, la alegría es causada por un motivo placentero por lo que, a diferencia de la felicidad, es de corta duración aunque uno pueda tener muchos ratos alegres durante el día.

 



Para ejemplificar esta emoción, vimos con nuestros alumnos el siguiente vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=-uynDUKcqjQ en el que se muestra el júbilo de varios grupos de animales que trabajan junto para sortear diferentes peligros.


Por su lado, la felicidad es una sensación de satisfacción hacia tu propia persona. Somos felices cuando disfrutamos de nuestras capacidades, de lo que podemos o sabemos hacer. Es una emoción que se produce en la persona cuando cree haber alcanzado una meta deseada y suele ir asociada a una condición interna o subjetiva de satisfacción y alegría.
Algunos psicólogos han tratado de caracterizar el grado de felicidad mediante diversos tests y han llegado a definir la felicidad como una medida de bienestar subjetivo (autopercibido) que influye en las actitudes y el comportamiento de los individuos. Las personas que tienen un alto grado de felicidad muestran generalmente un enfoque del medio positivo, al mismo tiempo que se sienten motivadas a conquistar nuevas metas.


En este caso, para ahondar algo más en el concepto, visionamos el corto "FELICIDAD" que podéis encontrar en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=aOzH8lVz9kw.
En el mismo, aparecen reflejadas las dinámicas de dos familias muy distintas entre sí. 
La primera familia está compuesta por un matrimonio de mediana edad y la hija de ambos que estudia para ser veterinaria. A pesar de vivir cómodamente gracias al sueldo del padre (abogado), no son felices ya que el padre trata a su esposa con poco respeto y pone todo su empeño en que su hija estudie para abogado.
La segunda familia la componen un padre divorciado, su hijo pequeño y David (la pareja actual del padre). El vídeo muestra cómo, a diferencia de la primera familia, en esta todo son risas y buen talante.
Aprovechamos para reflexionar con los alumnos acerca de qué necesitamos para ser felices: ¿dinero?, ¿una pareja que nos quiera?, ¿un trabajo estable?, ¿mucho tiempo libre?... ¿son estas cosas IMPRESCINDIBLES para ser feliz? La respuesta es NO. Pero entonces, ¿dónde se encuentra la felicidad?

Para responder a ello, recurrimos esta vez al cuento "La felicidad escondida" que transcribimos a continuación:

Un poco antes de que la humanidad existiera, se reunieron varios duendecillos para hacer una travesura. Un de ellos dijo: - Debemos quitarles algo a los seres humanos... pero ¿qué? Después de mucho pensar, otro dijo: -Ya sé... Vamos a quitarles la felicidad. El problema es donde esconderla para que no puedan encontrarla. Propuso el primero: -Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo. -No, recuerda que tienen fuerza; alguno podría subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán dónde está -replicó otro. Se escuchó una nueva propuesta: -Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar. Otro de los duendes señaló: -No, no olvides que son curiosos, alguno podría construir un aparato para bajar, y entonces la encontrarán. -Escondámosla en un planeta bien alejado de la tierra -propuso otro. -No- le dijeron. Recuerda que les dieron inteligencia, y un día alguno va a construir una nave para viajar a otros planetas y la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad. 
El más astuto y viejo que había permanecido en silencia escuchando atentamente cada una de las propuestas, dijo: -Creo saber dónde ponerla para que nunca la encuentren... Todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono: -¿Dónde? -La esconderemos dentro de ellos mismos. Estarán tan ocupados buscándola fuera que nunca la encontrarán... Todos estuvieron de acuerdo y desde ese entonces ha sido así...